Cuando escogemos nuestro vestido de novia hay errores que deberíamos evitar. Aquí van algunas cuestiones a tener en cuenta:

No dejarte aconsejar

A veces tener una idea preconcebida y empeñarte en ella puede hacer que te pierdas nuevas opciones más allá de tu zona de confort. Si escuchas a los demás, siempre puedes aprender algo nuevo y descubrir detalles e ideas que no estás percibiendo.

Tener demasiados «asesores» de estilo

Tener demasiadas opiniones a tu alrededor también puede ser perjudicial. Elige  un máximo de tres personas en las que confíes y déjate aconsejar.

Cambiar totalmente de estilo

Tu vestido de novia debe ayudarte a que brille tu personalidad no a que parezcas una persona completamente diferente.

Dejarlo para el último momento

Deberías prever los cambios y pruebas con, al menos, tres o cuatro meses de antelación. Si lo dejas para los últimos días, todo serán prisas y agobio y esos son los peores enemigos de una novia.

Quedarte con lo primero que veas

Si te conformas con el primer vestido que te favorece y no sigues buscando caerás en el error de no darte la oportunidad de descubrir TU VESTIDO con mayúsculas.

Ceñirte exclusivamente a la tradición

Hay vida más allá del blanco impoluto y el corte princesa. Busca el vestido que más te favorece y con el que te sientas más cómoda. Es tu boda, tú eliges.

No disfrutar

Como ya hemos comentado, las prisas y el agobio te convertirán en una novia estresada. ¡No lo permitas, disfruta de todo el proceso!

¡Ven a La Bohème 1994 y te ayudaremos a acertar a la primera!

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Foto de la sesión «Astilleros» / Fotografía de Ion Robles/ Modelo: Bel Sánchez-pascuala Callau